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6 maneras poco convencionales de comunicarte con Dios durante la Pandemia

¿Cuántas diferentes maneras de comunicarse con Dios conoces? Porque no sólo de la oración es de la que nuestra relación con Cristo se alimenta. Descubre aquí una interesante propuesta para mejorar tu relación durante el aislamiento por el COVID-19.

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“Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado.” Hechos 13:2

Hay quienes consideran que la comunicación es la mejor herramienta con la que contamos para hacernos entender. De esa manera es que surgen diversos métodos para hacer dicha comunicación más efectiva. Pero cuando hablamos de Dios, nada es lo que parece ni lo que pretendemos: Cada cual maneja su relación con Cristo de la manera que mejor le resulte, tan sólo debemos tener como meta que el mensaje llegue.

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“Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.” Hechos 4:31

La oración es la manera tradicional que tenemos para comunicarnos con Dios, ya sea que lo hagamos en voz alta, susurrando, o en perfecto silencio, hablándole en nuestra mente y desde el corazón. Y precisamente será en nuestro corazón donde Dios deposite sus respuestas a nuestras preguntas; su consejo para nuestras peticiones y su palabra de aliento cuando en Él busquemos refugio. Recordemos que sólo Dios tiene el poder necesario para entrar en nuestros corazones y hablar con nosotros.

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“A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder, me has dado a conocer lo que te pedimos, ¡me has dado a conocer el sueño del rey!” Daniel 2:23

Por otro lado están aquellos quienes creen fervientemente que las palabras, ya sean habladas o no, no hacen otra cosa que entorpecer nuestras actividades y más aún, distorsionan el mensaje ocasionando de esa manera que nos desviemos del camino que Cristo nos marca. Es por ello que otra manera poco convencional de comunicarse con Dios es a través de nuestros actos, teniendo siempre presente que Jesús observa cada uno de nuestros pasos.


“Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.” Salmos 5:3

El perdón es otra poderosa herramienta con la que contamos para poder acercarnos al Señor, demostrándole que como fieles hijos Suyos dignos de Su amor, haremos todo lo posible por rendirle honor a su palabra al perdonar a aquellos que nos ofenden. Sólo a través de un perdón genuino es que nos acercamos a Dios; sólo a través del sincero arrepentimiento llegamos al camino del perdón genuino, llevando así nuestro mensaje para Dios, diciéndole que somos dignos.


“Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.”   3 Juan 1:2

La buena y fluida comunicación muchas veces está dada por virtudes que poco tienen que ver con ese aspecto, como ser el caso de la generosidad. Si bien estamos de acuerdo que dicha virtud representa fielmente los preceptos y enseñanzas de Dios, muchas veces no se nos ocurre que bien podría ser un excelente canal para conversas con Cristo. Es por eso que es importante recordar cada vez que aflore nuestra virtud de generosidad, para tener presente que allí también Dios nos observa, y debemos aprovechar ese momento para conversar con Él.


“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.” Juan 17:24

Pero por sobre todas las maneras que elijamos para comunicarnos con Jesús, lo más importante de todo es que ese canal esté en constante uso, recordando que Él es nuestro guía todo terreno; nuestro confidente y amigo; nuestro maestro y consejero; nuestro Padre y amigo. Sólo recordemos lo valioso que es sentir Su palabra dentro nuestro; su fiel consejo alumbrando nuestro camino cuando la duda nos invade de tal manera, que sólo Su voz es el faro que nos indicará el rumbo hacia tierra firme.




Versículo diario:


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