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Conviviendo con una Nueva Realidad

Desde el inicio de la pandemia se cambiaron muchos hábitos y costumbres en las familias y relaciones. Todavía nos cuesta muchas veces coordinar y acostumbrarnos a una nueva normalidad. Aprende en el siguiente artículo el modo de equilibrar y disfrutar en familia de los momentos más hermosos.

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“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra Fe.” 1 Juan 5:4

La situación de estar transitando una cuarentena puede generar en ocasiones la aparición de obstáculos de diversa índole en nuestra familia. Esto es predecible ya que el nerviosismo, la incertidumbre y el temor que nos producen las noticias que llegan de cada rincón del planeta, sumada a la inédita situación de ver interrumpidas nuestras actividades cotidianas, pueden ser potenciadores de cierto estado de fastidio e intolerancia que, sin darnos cuenta afecta a nuestro entorno.

Cuando estas problemáticas son detectadas, se nos presentan dos escenarios muy nítidos para tratar de encontrar la solución y reinstalar la Armonía tan necesaria. Por un lado podemos evitar afrontar el desafío y esperar que, por arte de magia, las cosas vuelvan a su lugar. Esta no es una buena opción ya que en el corto plazo nos lleva a estados de desesperación que terminan por hacernos bajar los brazos. La otra opción es permanecer determinados, sabiendo que contamos con la Gracia del Señor para hacerle frente a cualquier tormenta. Al caminar con Cristo en la Fe, no permitimos que ningún fracaso nos amedrente.

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 “Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno”. 1 Juan 2:14

Es de suma importancia, entonces, activar nuestra Fe y asumir la Determinación como camino para no darnos por vencidos ante el surgimiento de un inconveniente. Por eso es importante cultivar un Espíritu humilde y piadoso para encontrar las soluciones que tanto anhelamos. Tenemos que tener plena disposición para perdonar y ser perdonados, para escuchar y ser escuchados. Solo así podremos seguir el destino que El Señor tiene guardado para nosotros.

Cuando mantenemos actitudes positivas y edificantes, nos estamos comprometiendo con los cambios a los que nos llama Dios, sirviéndole tanto a Él como a nuestros hermanos. Propiciemos el dialogo con nuestros seres querido, encontremos los momentos apropiados para el silencio y la Oración en familia, reflexionemos desde el sinceramiento y el Amor. Tengamos presente que contamos con la Misericordia del Altísimo.

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“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8:28

Cuando nos encontremos ante obstáculos, no debemos detenernos en la índole de los mismos, sino que debemos aferrarnos a una Verdad: El Señor nos llamó y por lo tanto estamos en el camino cierto del Amor y la Compasión. Nuestro cambio de mentalidad tiene que ver con la posibilidad de enfrentar con valentía todos los retos que se nos presentan, sin temores, como hijos de Dios. Esto no significa que el proceso será fácil. Seguramente deberemos transitar momentos de lágrimas y lucha.

Esto demandará de nosotros un esfuerzo mayor en el ejercicio de la perseverancia y rubricar constantemente nuestra Fe en la Gloria de Jesús. Cuando un problema parezca no tener solución, es fundamental que cuando nos toque enfrentarlo, nunca miremos nuestro pasado sin Jesús. Pongamos de manifiesto las batallas que hemos librado antes para forjar nuestro futuro en El Señor.


"El camino del Señor contiene obstáculos que superar". 2 Samuel 5:17-18.   

Existen situaciones y dificultades que a lo largo de nuestras vidas deberemos afrontar. Seguramente no faltaran los momentos en que nos sintamos solos y desbordados. Recordemos en esos instantes que caminamos junto a Dios y que lo que para los hombres es imposible, para Él no lo es. Confiemos de Corazón en Dios Padre y llenémonos de gozo por las Bendiciones recibidas. Alcanzaremos, a su lado, todas nuestras metas y superaremos esos problemas que nos generan tanta angustia y tristeza.




Versículo diario:


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