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Fortaleciendo el Trabajo en Equipo

En los momentos que podemos confiar y sostener la Fe junto a otros hermanos y hermanas, todo funciona mejor.

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 “¿Quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo? Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo”. 1 Corintios 2:16

Recordaremos en el pasado cuántos dolores de cabeza nos trajeron los trabajos en equipo que realizábamos en el colegio o en la universidad. Siempre teníamos problemas para coordinar tareas, adecuar los textos a presentar o simplemente poder encontrar un día hora y lugar para poder reunirnos para realizar la entrega.

Sin ir más lejos hoy en día probablemente tengamos que realizar tareas en equipo en nuestros puestos de trabajo. Cualquiera sea nuestra profesión debemos recurrir a la ayuda de otras personas para culminar un objetivo o tarea, no debemos olvidar siempre ese momento de compartir con otros.

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“Porque si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene, y no según lo que no tiene.” 2 Corintios 8:12

En esta modernidad en la que vivimos, donde se apremia los logros individuales y donde la fórmula del éxito radica en prosperar por sobre otros, consiguiendo mejores tiempos y dando el ejemplo individual, tenemos que incorporar la mayor enseñanza que Dios quiere traernos hoy: el éxito se consigue trabajando con otros en equipo. Nuestro Padre celestial creo a imagen y semejanza unos de otros buscando que nos relacionemos, generando interdependencia. Para poder cambiar esta cultura del individualismo debemos priorizar y poner en relieve las ventajas de la vida espiritual. Para esto tenemos que poder conectar con un par. Con un otro u otra que nos comprenda y que entienda la importancia de compartir. 

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“Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.” 2 Corintios 9:11

¿Cuántas veces nos hemos encontrado en la situación en la que deseamos compartir o buscar ayuda para realizar un trabajo o tarea y nadie se ofrece a ayudarnos? ¿Cuántas otras veces has decidido realizar por cuenta propia esa obligación ya que resulta más rápido o sencillo finalizarla por tus propios medios que contar con alguna mano? El señor busca que interactuemos y nos conectemos con aquellos que nos permitan crecer. Entre dos o más personas se lograrán mejores y más rápidos logros, ya que tendremos el sostén necesario para no tener temor ni miedo de caer. Tendremos a la otra persona para que nos de aliento en los momentos necesario. Será esa misma persona que nos apoye o la que nosotros le extendamos la ayuda, aprendiendo de esa manera lo valioso de estar para el otro. 


“La verdad, «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse!” Eclesiastés 4:9-10

Si buscas una persona en quién poder confiar y que te brinde ayuda incondicional, entonces debes pensar en Jesús. Quién mejor que Él para comprender tus necesidades y problemas. Qué mejor que trabajar juntos y animarse a crecer de modo espiritual.

Él siempre requirió ayuda de sus discípulos. Les encomendó tareas y trabajos. Comprendió que ese era el modo de poder transmitir sus enseñanzas y aprendizajes.

Ahora entendiendo que por medio del Espíritu Santo y rodeándonos de personas que sientan la Fe del mismo modo que nosotros, (de un modo único y necesario para poder vivir), entonces estaremos frente a un equipo invencible. Con el amor de Dios Padre y de su Hijo Jesús, concretaremos logros inimaginados. 




Versículo diario:


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