En este nuevo mes del reencuentro con la Fe, debemos conocer y poder tener siempre con nosotros la palabra de Dios que nos ayudará a transitar la vida en Paz.
“Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto” Salmos 83:1
Es que los silencios de Dios, esos momentos cuando por alguna razón calla, nos sirven muchas veces para acercarnos más a Él. Esos son, obviamente, momentos de crisis, de necesidades, de tribulaciones y el mismo deseo de una respuesta nos mueve a buscar en Él y acercarnos de una forma especial.
Los tiempos en los que Dios calla en nuestras vidas, sirven para mejorar nuestra relación con Él, para buscarlo más, estar más de cerca de Él, comprender que sin Él nada somos y nada podemos, pero que con Él somos vencedores.
Quizá hoy estemos enfrentando un duro momento donde quisiéramos una respuesta de Dios y simplemente recibimos un silencio que ensordece, un silencio que no entendemos y que a veces hasta desespera, pero aún en medio de eso sabemos muy bien que la mejor opción no es huir, sino buscarlo más.
“Bendito el varón que confía en
Jehová, y cuya confianza es Jehová”. Jeremías
17:7
Lo único que podemos hacer cuando Él calla es seguir hablando con Él, seguir creyendo en Él, seguir confiando en sus respuestas, porque a pesar del silencio que pueda haber en este momento, Dios sigue estando de nuestro lado.
Dios no calla para desesperarnos, no lo hace para molestarnos, Él tiene razones que van más allá de nuestro entendimiento pero que, llegado el momento, nos dejan enseñanzas asombrosas.
Estoy seguro que en medio de este silencio de Dios estamos aprendiendo algo nuevo, estoy seguro que en medio de su silencio estamos buscándolo más, quizás hayamos mejorado nuestra relación con Él, quizás estemos disponiendo más nuestra vida a su servicio, quizás nuestra fe está creciendo o muchas cosas más que no notamos en este momento, pero que sin embargo están sucediendo en nuestra vida.
Él está trabajando, calla pero trabaja siempre, Dios nunca se queda estático, Él siempre esta llevando a cabo su plan perfecto para nuestra vida y eso debería ser razón suficiente para seguir creyendo, para seguir esperando, para no desesperarnos, pues Él jamás nos defraudará.
Hoy intentemos mantener la calma en medio de esa crisis, sigamos esperando en medio de esa desesperación, Dios calla pero nunca olvida, Él esta al tanto de nuestra situación, a Él nada se le escapa y aunque creamos que las cosas se fueron de control, Dios tiene todo controlado y medido, su silencio puede estar presente, pero su mano poderosa está al control de todo lo que en nuestra vida está pasando.
Dios nunca nos abandonará, porque ese jamás ha sido su estilo, al contrario, su estilo es sorprendernos siempre con respuestas que nunca imaginamos y que son perfectas, tanto en su forma como en su tiempo.