Él cumplirá tus deseos

Él cumplirá tus deseos

Publicado hace 10 horas

No te preocupes por el cómo, si es de Dios, sucederá

En la travesía de la vida, es común encontrarnos con deseos profundos y anhelos que parecen inalcanzables. Sin embargo, es fundamental recordar que si algo es de Dios, sucederá sin importar el "cómo". Nuestra tarea es confiar en su plan y mantener la fe viva, sabiendo que Él nunca nos abandona.

A lo largo de nuestra vida, muchas veces nos encontramos orando con fervor, pidiendo algo que anhelamos con el alma. Puede ser un sueño, una oportunidad, la sanación de un ser querido o incluso respuestas que parecen no llegar. En esos momentos de espera, nuestra mente inquieta nos llena de preguntas: ¿Cuándo sucederá? ¿Cómo será posible?

La Confianza en el Plan DivinoEl versículo de Jeremías 29:11 nos ofrece una promesa reconfortante: "Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, dice el Señor, planes de bienestar y no de mal, para daros un futuro y una esperanza". Este pasaje nos invita a descansar en la certeza de que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. Aunque no siempre comprendamos el camino, podemos estar seguros de que sus planes son para nuestro bien. No te preocupes por los detalles; si es de Dios, sucederá en el momento adecuado.

Pero hoy quiero recordarte algo: si es de Dios, sucederá. No importa el “cómo”, lo único que necesitas es confiar, agradecer y reforzar tu fe.

La fe mueve montañas

Jesús nos enseñó que la fe tiene un poder inmenso. En Mateo 17:20 nos dice: "Porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible."

No es nuestro deber preocuparnos por los detalles ni por los caminos que Dios tomará para obrar en nuestra vida. Él ve lo que nosotros no podemos ver y actúa en el momento perfecto.

Su misericordia nunca nos abandona

Dios jamás nos deja solos, incluso cuando sentimos que el silencio nos envuelve. Su misericordia es infinita y su amor inquebrantable. La Biblia nos recuerda:

"El Señor es mi pastor, nada me faltará." (Salmo 23:1) "Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo." (Salmo 55:22) Si sientes que tus fuerzas flaquean, recuerda todas las veces que Dios ya ha obrado en tu vida. Piensa en esos momentos donde no veías salida, y Él, en su inmensa bondad, abrió un camino.

Mateo 6:33 nos instruye claramente: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Este versículo nos recuerda la importancia de poner a Dios en el centro de nuestras vidas. Al hacerlo, todo lo demás se alinea según su voluntad. Agradece por lo que ya tienes y refuerza tu fe en su constante provisión y cuidado.

Hoy doy gracias y refuerzo mi fe

No esperemos ver el milagro para agradecer. La gratitud abre puertas y multiplica las bendiciones. Cuando elevamos una oración con gratitud, estamos demostrando que confiamos en su voluntad, sin importar el resultado. "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús." (1 Tesalonicenses 5:18)

Hoy, elijo dar gracias y fortalecer mi fe. He sido testigo de la misericordia de Dios en mi vida de formas que nunca imaginé. Soy una mujer bendecida, y aunque a veces el camino es incierto, sé que Él no me abandona. Al recordar sus promesas y su amor incondicional, encuentro paz y confianza en que mis deseos se cumplirán según su voluntad. Confía en Dios y en su tiempo perfecto, y verás cómo su plan se despliega maravillosamente en tu vida.

Hoy quiero que repitas conmigo:

Señor, gracias porque sé que me escuchas. No me preocupo por el cómo ni el cuándo, porque confío en que si es tuyo, llegará a mi vida en el momento perfecto. Mi fe está en Ti, porque eres un Dios de amor y misericordia. Lo decreto con Fe soy una mujer bendecida. ¡Gracias Dios! Amén.

No te preocupes. Confía, agradece y sigue caminando con fe. Lo que es de Dios, tarde o temprano, llegará a tu vida.

Compartir

Él cumplirá tus deseos

Compartir en:

SagradaPalabra.com

© 2025 SagradaPalabra.com