Un Inagotable Tesoro de Gratitud Espiritual

Descubrir las bendiciones que nos rodean es parte esencial de nuestro aprendizaje. En este artículo, exploraremos los dones que el Espíritu Santo nos ha otorgado en nuestro camino hacia la iluminación.

"Estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni nada en toda la creación podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús, nuestro Señor." Romanos 8:38-39

Al recorrer el sendero que Dios nos ha trazado, es fundamental reconocer las bendiciones y lecciones que hemos recibido hasta ahora.

Se necesita un sacrificio considerable y un espíritu robusto para establecer una conexión con el Padre Celestial, quien nos promete una vida eterna en el paraíso junto a Jesús, disfrutando de la bondad divina.

Si deseamos continuar nuestra existencia junto al Padre Celestial en toda su grandeza, debemos decidir cómo avanzar y encontrar la paz interior.

"Ponme como un sello en tu corazón; llévame como una marca en tu brazo. El amor es tan fuerte como la muerte, y la pasión tan inflexible como el sepulcro. Es una llama divina, un fuego ardiente." Cantares 8:6

Es crucial recordar que nuestro Señor nos presenta desafíos para que aprendamos por nosotros mismos.

Al comprender que las respuestas están en nuestro corazón, junto con la esperanza y la fe que cultivamos, podemos fortalecernos y crecer espiritualmente.

Dios ve un potencial inmenso en cada uno de sus hijos, y aunque las respuestas puedan tardar, llegarán a su debido tiempo.

"¿Puede una madre olvidar a su hijo lactante y dejar de amar al hijo que dio a luz? Aunque ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Te llevo grabada en las palmas de mis manos; tus muros siempre están ante mí." Isaías 49:15-16

Al recordar las maravillas y el amor que hemos recibido del Señor, encontramos ejemplos que nuestra mente y corazón han registrado. Estos pilares y guías son fundamentales en momentos de confusión y duda.

"Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder de sus gloriosas riquezas, los fortalezca en lo más íntimo de su ser, para que Cristo habite en sus corazones por la fe. Y pido que, arraigados y cimentados en amor..." Efesios 3:16-17

Nuestro Padre Celestial es un maestro ejemplar. Junto a Cristo, han sabido cómo hacer que sus enseñanzas perduren.

La clave: el ejemplo.

Jesús protagonizó momentos que rápidamente se difundieron, consolidando su reputación como el Mesías, el Salvador que vino a reclamar su trono y nos ofreció su vida eterna para que sigamos su camino de fe y amor.

"Que el amor y la verdad nunca te abandonen: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena reputación entre la gente." Proverbios 3:3-4

Abre tus ojos, como lo hizo Pedro, quien negó a Jesús tres veces antes de que cantara el gallo, tal como Jesús había predicho. Sin embargo, Pedro encontró el perdón divino y no solo un confesor, sino también un amigo en Jesús.

Perdona a quienes te rodean, acércate con el corazón abierto y las palabras listas para sanar tus relaciones y problemas.

Dios siempre te perdonará, recuérdalo, y esfuérzate por practicar este acto de sanación espiritual.