El poder de las influencias.

El poder de las influencias.

Publicado hace 5 días

Las influencias: ¿quién guía tu mente y corazón?

Vivimos rodeadas de voces. Algunas susurran consejos, otras gritan tendencias, y muchas se disfrazan de verdades. Sin darnos cuenta, día tras día, nos dejamos influenciar por ideas, personas, redes sociales, costumbres, apariencias… hasta el punto de silenciar nuestra propia voz. Pero ¿alguna vez te detuviste a pensar en cuánto te afectan esas influencias mentales y emocionales?

El poder de una influencia

Una influencia puede ser tan sutil como una mirada que aprueba o desaprueba lo que hacemos, o tan poderosa como una figura que admiramos profundamente. Lo cierto es que influyen en nuestra manera de vestir, de hablar, de pensar, de amar, de vivir… Y aunque muchas veces pueden inspirarnos a crecer, también pueden alejarnos de quienes realmente somos.

Estas fuerzas pueden ser una guía positiva, llevándonos hacia el crecimiento personal y el bienestar, o pueden desviarnos hacia caminos menos deseables. La clave está en ser conscientes de estas influencias y en cómo afectan nuestras emociones y pensamientos. Al reconocer su poder, podemos tomar decisiones más informadas sobre qué influencias permitir en nuestra vida.

Hay influencias que sanan, motivan y nos invitan a ser mejores. Otras, en cambio, nos arrastran a compararnos, a sentirnos menos, a callar lo que sentimos y a actuar en contra de nuestra esencia solo para “encajar” o no defraudar.

El error de confiar ciegamente

Confiar demasiado en lo que otras personas piensan o hacen puede ser peligroso. ¿Cuántas veces tomaste una decisión solo porque alguien más te dijo que era lo correcto? ¿Cuántas veces cambiaste tu forma de ser para gustar o agradar?

A menudo, en nuestro deseo de pertenecer y ser aceptados, caemos en la trampa de confiar demasiado en las influencias externas.

Es fundamental recordar que, aunque las influencias pueden ofrecer orientación, no deben dictar cada aspecto de nuestra vida. Ser auténtico significa tener el coraje de escuchar nuestra propia voz interior y actuar en consecuencia.

Encajar no es sinónimo de pertenecer

Muchas mujeres buscan pertenecer, ser aceptadas, amadas. Pero no debemos confundir pertenecer con encajar. Encajar es moldearse, recortarse, adaptarse para no desentonar. Pertenecer es ser una misma y ser recibida con amor tal como se es.

Este deseo de encajar puede llevarnos a adoptar comportamientos y creencias que no reflejan nuestra verdadera esencia. Al hacerlo, corremos el riesgo de perder nuestra autenticidad y de vivir una vida que no es realmente nuestra. Y cuando eso sucede, dejamos de vivir con plenitud porque no estamos siendo fieles a nuestra alma, a nuestros valores, a lo que Dios sembró en nosotras.

Cuando nos forzamos a encajar en influencias que no resuenan con nuestro espíritu, nuestro corazón se siente inquieto. Nos volvemos extrañas en nuestra propia piel.

Dios: la única influencia segura

En un mundo que cambia sus valores con cada temporada, hay una sola influencia que permanece: Dios. Cuando permitimos que Él sea la mayor influencia en nuestra vida, todo se acomoda. Él no nos exige encajar, nos invita a brillar con nuestra luz única. Él no nos empuja, nos guía con amor. Su palabra no nos confunde, nos alumbra el camino.

Al centrar nuestra confianza en lo divino, podemos encontrar la paz y la claridad necesarias para ser auténticos y vivir de acuerdo con nuestros valores más profundos. Es esta conexión espiritual la que puede guiarnos por el buen camino y ayudarnos a resistir las influencias que nos alejan de nuestra verdadera esencia.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” — Romanos 12:2

Esta renovación interior solo ocurre cuando buscamos dentro de nosotras, donde habita la voz de Dios, suave pero firme, clara pero sabia, amorosa y certera.

Reflexión final

Pregúntate: ¿Quién está influyendo en mi mente y en mi corazón? ¿Lo que hago, lo hago por convicción o por presión? ¿Estoy siendo fiel a lo que creo o estoy intentando encajar donde no pertenezco? No hay mayor libertad que la de ser una misma, guiada por el amor de Dios. Que Él sea tu brújula, tu luz y tu mayor inspiración. Porque cuando lo es, no hay confusión, no hay pérdida… solo verdad, paz y plenitud.

Compartir

El poder de las influencias.

Compartir en:

SagradaPalabra.com

© 2025 SagradaPalabra.com