Viendo el mundo con amor.

Viendo el mundo con amor.

Publicado hace 1 semana

Elige ver el mundo con amor y este se convertirá en lo que visualices

Vivimos rodeadas de estímulos constantes: redes sociales, noticieros, comentarios de pasillo, opiniones cargadas de juicio… y sin darnos cuenta, permitimos que esas voces externas moldeen la forma en la que vemos el mundo. Al razonar con Dios a través de la oración y la meditación, podemos encontrar paz y claridad en medio del caos. En Proverbios 3:5-6, se nos anima a confiar en el Señor con todo nuestro corazón y no depender de nuestro propio entendimiento.

Estas prácticas nos permiten alinear nuestros pensamientos con los de Dios. Pero ¿qué pasaría si en lugar de mirar con temor, tristeza o desconfianza, eligiéramos ver todo con amor?

Ver con amor no es ignorar la realidad.

No se trata de negar que existen dificultades, injusticias o dolor. Se trata, más bien, de elegir desde dónde miramos. Cuando vemos con amor, abrimos espacio para la compasión, la fe y la esperanza. Nuestra mente se sana, nuestro corazón se suaviza, y nuestras acciones se vuelven más sabias y bondadosas.

Al llenar nuestra mente con estos pensamientos, podemos cambiar nuestra perspectiva y vivir una vida más plena y colorida.

A veces nos llenamos la mirada y la mente de noticias banales, de escándalos que solo intoxican, de críticas que no edifican, y terminamos enfermando nuestros pensamientos. Nos inquietamos, nos frustramos, y poco a poco esa paz que tanto anhelamos se escapa sin darnos cuenta.

La buena noticia es que tenemos el poder de elegir.

No todo lo que ocurre debe afectarnos. No todo lo que escuchamos merece ser guardado. Podemos razonar con Dios, buscar Su palabra, pedirle discernimiento y protección para nuestra mente. “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” — Proverbios 4:23

En un mundo donde las noticias negativas y las distracciones banales parecen dominar nuestra atención, es esencial recordar que tenemos el poder de elegir cómo percibimos nuestra realidad. Al optar por ver el mundo con amor, podemos transformar nuestra experiencia diaria y, en consecuencia, la realidad que nos rodea.

Dios nos invita a cuidar nuestros pensamientos, porque lo que pensamos, sentimos. Y lo que sentimos, proyectamos al mundo. Por eso es tan importante nutrir nuestra alma con todo lo que nos da paz: una conversación que eleva, una oración sincera, una caminata en la naturaleza, una canción que nos recuerde que no estamos solas. “Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable… en esto pensad.” — Filipenses 4:8

Visualiza el mundo con ojos de fe.

Imagina un día lleno de gratitud, de encuentros sanadores, de gestos simples que te abracen el alma. Y entonces, ese mundo que visualizas, empezará a tomar forma frente a ti. No porque todo haya cambiado, sino porque tú decidiste cambiar la forma de mirar. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” — Salmos 119:105

Cada día es una oportunidad de pintar el lienzo de la vida con colores nuevos. Colores que el alma reconoce: el color de la ternura, de la fe, del perdón, de la esperanza. Rodéate de lo que te eleva, de personas que hablen desde el corazón, de momentos que te conecten con lo esencial.

Llena tu día de colores

La paz se alimenta de cosas buenas. De lo que lees, de lo que ves, de lo que decides permitir entrar en tu mente y en tu corazón. Hoy, elige ver el mundo con amor… y verás cómo ese amor transforma todo a su paso.

Al elegir conscientemente lo que permitimos entrar en nuestra mente y corazón, podemos crear un entorno mental que fomente la tranquilidad y la alegría. Esto no significa ignorar las realidades difíciles, sino más bien elegir no dejar que nos definan.

En lugar de centrarnos en lo negativo, podemos buscar activamente lo que es bueno y edificante. Romanos 12:2, no debemos conformarnos a este mundo, sino ser transformados por la renovación de nuestra mente. Al hacerlo, podemos discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto, llenando así nuestro día de colores vibrantes y significativos.

"El corazón que elige ver con amor, transforma la oscuridad en luz y la rutina en milagro."

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