“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.”

Juan 15:16

Sin excusas para orar


A veces nos olvidamos de la importancia que tiene nuestra tiempo para orar. Algunos cristianos tienden a excusarse con el cansancio o con otras actividades y postergan permanentemente su charla con Dios. Hablar a diario con Nuestro Padre puede aliviarnos de nuestras cargas, darnos claridad ante determinados asuntos, o alegrarnos por reconocer finalmente nuestros propios logros. Dios valorará con creces nuestro esfuerzo por mantenernos conectados, por pedir su consejo divino, intercambiar una palabras cada día nos hará ver el panorama actual desde una perspectiva más amplificada.

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¿Cuánto tiempo puede llevarnos por día tener un momento para Dios? Quizás a algunos les requiera de unos minutos al comenzar la jornada, otros lo hagan en una pausa en el trabajo, también existen quienes deciden reservar ese tiempo para antes de irse a dormir. Lo cierto es que en cualquier lapso en el que dispongamos un tiempo en calma es conveniente tener una conversación con Nuestro Señor. La oración nos va a mantener atentos y reflexivos sobre lo que estamos haciendo, sobre cuáles serán nuestros planes y anhelos a cumplir. También, será fuente de energía para amar con mayor devoción, para evaluar nuestras prioridades y deberes para con el Señor y para nuestros hermanos.