“Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.”

1 Corintios 1:10

Mantenerse unidos


Cuán valioso es que nos mantengamos unidos como hermanos en estos tiempos difíciles. En momentos en los que la voluntad de individual parece ser lo único que importa. Donde el egoísmo y la falta de solidaridad son las actitudes que prevalecen debemos encontrar el consuelo en el Señor. Las peleas y rencores suelen durar más de lo normal, se extienden por meses y hasta por años, alejándonos entre hermanos por no comprender las ideas del otro. Familias enteras divididas por malentendidos, amistades que se rompen por faltas de respeto o amores que se desencuentran por intolerancia.

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Nuestro Dios sabrá protegernos y guiarnos hacia caminos en los que vivamos en comunión. Permanecer juntos y con una comprensión profunda acerca de nuestro designio como hijos del Señor será lo que nos libere de cualquier atadura y nos proteja de todo mal. Encontrar en Dios la paz verdadera y el sincero modo de vincularnos con los que nos rodean. Reflexionando cada día sobre cómo nos desenvolvemos en nuestra vida, y pidiendo a Dios para ser cada vez mejores cristianos. Estar abiertos a dialogar entre nosotros cuando no llegamos a puntos en común o cuando simplemente no entendemos las ideas que propone el otro, nos dará una gran amplitud para seguir formando una sociedad mejor. No centrarnos en las diferencias sino más bien, tomarlas como formar de partida para comprender de una manera más acabada a los que nos rodean.