“Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.”

Romanos 12:11

Nuestro compromiso


Comprometernos a hacer algo significa un acto de buena fe. Cuando asumimos con otro el hacer un determinada actividad no sólo estamos brindando nuestra palabra como firma de que finalmente haremos eso, sino que también está en juego nuestra propia responsabilidad. Si fallamos en hacer o entregar aquello que nos pidieron, estaremos cometiendo una falta grave, ya que nuestro hermano luego va a desconfiar de nuestro compromiso. Faltar a nuestra palabra tiene consecuencias grandes para nuestro futuro, porque definirá nuestro carácter y nuestra propia voluntad. Puede ocurrir también la situación inversa y allí dimensionaremos eso que no nos gusta que hagan con nosotros.

Publicidad

Así como debemos guardar nuestra palabra y obrar de manera que tenga valor, debemos disponer de las mismas reglas para con los demás. Si alguien nos tima o miente, tendremos que poder acercarlos al camino de Dios, porque puede estar actuando de forma errada. Establecer límites con uno mismo y con los demás para que no haya lugar a la desconfianza mutua o a traspasar el respeto que y el peso de la palabra. Cuando no cumplamos con lo que asumimos no sólo le estaremos fallando a nuestro prójimo sino que estaremos incumpliendo con Dios Padre y Él sabrá demostrarlo.