“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”

Efesios 4:32

Focalizarse en lo bueno


Muchas veces dejamos que los pensamientos negativos tomen parte en nuestras rutinas diarias. Le ponemos más atención a cuán cansados nos encontramos, a los desacuerdos y desencuentros y a las malas noticias. Por momentos no logramos ver todas las cosas buenas y bellas por las que sí podemos celebrar. Como tener un hogar en el que ser recibidos por nuestros seres queridos, un plato de comida por las noches, salud y trabajo. Cuando nos sentimos abrumados por el día a día, nuestras ideas se pueden ver afectadas y priorizamos el sentimiento de malestar.

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Cuando eso nos suceda debemos recordar que siempre podemos conversar con Dios Padre para calmar la ansiedad, para buscar consuelo frente a nuestra desesperación. Siempre una reflexión profunda con el Señor nos dará fuerzas para no ver solo el aspecto negativo que nos aqueja sino ver más allá y ser agradecidos. Poder mirar el panorama completo y darnos cuenta de todo lo que hemos alcanzado en compañía de nuestros hermanos, viviendo en la fe y en el amor de Cristo, será sanador cuando todo lo veamos erróneo. Es importante que nos mantengamos abiertos a cambiar el foco en nuestras vidas, a poder ver el Sol cada mañana y agradecer al Señor por un nuevo día en la Tierra.