“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.”

Romanos 12:2

Seguir adelante


Rápidamente podemos perder las ganas de seguir adelante. Porque estamos demasiado cansados para continuar o simplemente porque otros nos desalientan. Las opiniones de los demás pueden transformarse en cargas muy pesadas cuando no sabemos qué camino tomar. Todo puede volverse cuesta arriba, y quizás cometemos el error de abandonar nuestros mayores sueños. Es importante rodearse de personas que nos empujen a dar siempre lo mejor, a seguir adelante aún cuando pensemos que debemos darnos por vencidos.

Publicidad

Esas personas vendrán a nuestras vidas porque Dios es sabio, y nos brindará todo su amor y apoyo a través de nuestros hermanos. Porque todos podemos atravesar situaciones de desesperanza, pero sólo manteniéndonos unidos y siendo solidarios entre nosotros podremos hacer frente a cualquiera que sea el desafío que tenemos que atravesar. Aquellas personas que no hacen más que desalentarnos y nos niegan su apoyo, sólo están evidenciando que no están dispuestos a cooperar con nuestro crecimiento. Dios Padre siempre estará acompañándonos cuando nos falten esas palabras de aliento, cuando creamos que ya no hay más que dar. Allí, tendremos que aferrarnos a nuestros valores cristianos y a nuestra fe para desenvolvernos en esa inestabilidad y en esa confusión. Nuestro Padre volverá más claro ese panorama cuando no encontremos las respuestas adecuadas.