A veces podemos sentir que sólo somos una persona más, que ninguna importancia tenemos en el todo que es nuestra sociedad. Nos entristece la idea de pensar que sólo sumamos un número, que nada de diferencial tenemos ante los ojos de los demás. Esto no es así y debemos animarnos, porque somos únicos y relevantes ante la mirada de Nuestro Padre Celestial. Cuando nos sentimos despersonalizados o hasta deshumanizados, debemos recordar que somos seres individuales e importantes para Dios.
Sólo el Señor sabrá exactamente por lo que cada uno de nosotros está pasando, porque Él vela por nosotros y se preocupa por cada uno de sus hijos. Traerá a nuestras vidas regocijo cuando nos encontremos desesperanzados o cansados ante una realidad que muchas veces puede ser difícil. Nos dará abundancia cuando nos encontremos en falta, porque Nuestro Padre nos ama individualmente y como parte del todo. él hará nuestro camino más sencillo y nos entregará a cambio paz por nuestra devoción, porque nunca estaremos solos, siempre contaremos con su compañía y amor desinteresados. Si nos sentimos vacíos o solitarios debemos profundizar nuestra relación con Dios, adentrarnos en el conocimiento de su Palabra y fortalecer nuestra fe, porque Él se encargará de disminuir nuestro penar y sufrimiento.