“El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias”

Proverbios 27:12

Elegir la prudencia


Muchas veces nos encontramos en momentos decisivos en los que, el llevar con nosotros una base de conocimientos, esto hace que podamos actuar de una manera más sabia y prudente al elegir un camino. Lo mismo produce nuestra experiencia; nos permite reconocer más fácilmente qué camino evitar para no resultar heridos al final. Si no sabemos desarrollar esa intuición, conectar con nuestro espíritu, y recién ahí, al conocernos profundamente, también poder conocer al prójimo, será muy probable que caigamos una y otra vez en situaciones perjudiciales para nosotros. Entonces, ¿cómo cultivar esa prudencia? Otorgándonos tiempo para el conocimiento, manteniéndonos abiertos a la enseñanza, y a su vez al análisis de nuestras actitudes y emociones. Conocer nuestro interior nos dirá qué es lo que nos hace bien y servirá de espejo para lo que nos rodea.