“El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.”

Deuteronomio 31:8

Celebrar nuestros progresos


Solemos recurrir a Dios solamente cuando nos sentimos abrumados por alguna situación, pero nos olvidamos de compartir con Él también cuando estamos contentos por algo. Estamos tan acostumbrados a pedir a Nuestro Padre en momentos de desesperación que cuando nos sucede algo digno de celebrar no contemplamos tener una conversación con el Señor. Guardar un lugar para las alegrías y para compartirlas con Dios es una buena forma de empezar a celebrar nuestros progresos. Ser agradecidos por la educación que pudimos recibir, por la familia de la que formamos parte, por ese nuevo hermano que ha ingresado a nuestras vidas como amigo.

Publicidad

Si bien el Señor es testigo de nuestros esfuerzos, resulta importante disponernos a evaluar nuestros buenos momentos, y estar atentos también a nuestros triunfos. Nuestra conversación diaria con Dios tiene que incluir aquello por lo que estamos agradecidos en cada momento. Celebrando las alegrías propias y de los que nos rodean, seremos más criteriosos cuando nos invada la tristeza por algún asunto, porque podremos visualizar todo aquello por lo que sí debemos festejar y agradecer. Dios nos dará siempre la esperanza necesaria para continuar nuestros caminos, manteniéndonos positivos ante cualquier adversidad que pueda presentarse en nuestro sendero cristiano.