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Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra?

Mateo 7:7-9

La puerta al milagro


Dios abre los cielos. Muchas veces he experimentado la grandeza del amor de Dios en medio de la tormenta, en situaciones de desolación donde nadie comprendía mi angustia, el mostraba su amor incondicional hacia mi vida. En medio del desierto de tu problema Dios está obrando, el obra en tu salud, en tu económica, en tus proyectos, en tu VIDA. Solo que a veces se nos hace difícil verlo. Hay una historia bíblica de esas que impactan en los momentos justos,

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¿Recuerdas la historia de Abraham y Sara? Ellos desearon tener un hijo por muchos años, pero Sara era estéril, me imagino que habrán sentido mucha tristeza, mucha soledad, pero aun así seguían confiando, seguían creyendo y una de las características de Dios es que el cumple sus promesas y nunca pero NUNCA se queda con nada. El premio su fe, premio su confianza y le regalo a su hijo Isaac a los cien años de edad.


En momentos difíciles nuestra fe es indispensable para desatar las bendiciones de Dios. Si estas pasando por ese desierto incomprendido, por esa tormenta aterradora donde te sentís solo y sientes que nadie puede ayudarte te quiero recordar que tenemos un Dios de milagros incomprendidos para nosotros razonables para el. Un Dios que nos ama tanto que no juzga nuestra condición, sino que bendice y honra nuestra intención. Fundamenta tu fe con actos, empodérate con su palabra y arrebata lo que te corresponde como su heredero. Dios sigue siendo el mismo y tu milagro ya esta a la puerta solo hay que golpear.