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“A las montañas levanto mis ojos: ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.”

Salmos 121: 1-2

Contemplar con nuestros ojos la inmensidad


¿Por qué debemos elevar nuestros ojos a las montañas? Porque es preciso mirar más allá de lo terrenal, y fundirnos en la inmensidad que fue creada por Dios Padre, ya que es Él quien nos va a amparar a su modo y tiempo. Él se encargará de que su pueblo no caiga, de darnos fuerza y sabiduría ya que estamos bajo su protección.Tenemos que dejarnos encontrar por Él en nuestro camino de búsqueda, de acercamiento a su Palabra. Los salmos nos animan, nos dan Fe, y mediante la lectura nos sentimos más cerca de Dios. Mediante ellos, celebramos esa protección que nos brinda el Señor y somos conscientes de nuestro trabajo en lo terrenal como hijos de Dios.