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¡Qué importante es desarrollar el don de la paciencia en nuestra vida!
La Paciencia es una virtud de carácter que debemos adoptar y desarrollar para caminar los senderos de nuestra vida.
“Siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor”. Efesios 4:2
¿Cuán Pacientes somos en realidad?
Debemos entender la Paciencia como una cualidad que no se rinde ante cualquier circunstancia y no cede ante las dificultades de una prueba. Es importante incorporar esta virtud como parte de nuestro carácter. No es algo que podemos manejar fácilmente, por eso es necesario cultivarla y practicarla cada vez que se presente la oportunidad ya que deberemos ponerla a prueba ante provocaciones e insultos.
La Paciencia se empieza a practicar en las cosas sencillas de nuestro acontecer diario. Por ejemplo, si nos interrumpen en reiteradas oportunidades mientras estamos estudiando o trabajando, no podemos dejar que esto nos perturbe de manera tal que nos coloque en un estado de negatividad que nos anule por completo y dejemos de hacer lo que estábamos haciendo.
“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración”. Romanos 12:12
Otra forma de erradicar la impaciencia de nuestras vidas es respetar nuestro ritmo vital. Esto significa imponer nuestras prioridades a las necesidades del mundo actual cuando nos pide que actuemos de manera intempestiva y veloz.
Puede ocurrir que necesitemos un informe, un apunte o una confirmación inmediata para seguir con nuestras actividades. No podemos dejar que esto nos intranquilice y angustie.
Son muchas y muy variadas las señales enviadas por El Señor indicándonos que es momento de una pausa, de recobrar el equilibrio y la armonía para acometer, desde esos sentimientos y valores, las tareas que nos han encomendado.
“Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia”. Romanos 8:25
También existen situaciones en donde cargamos con un gran peso sobre nuestras espaldas y sentimos que nadie puede comprender por lo que estamos atravesando. Teniendo en cuenta la gravedad del caso, podríamos pensar que estamos en lo cierto pero la realidad es que El Señor está pendiente de todo lo que nos sucede y comprende perfectamente como nos sentimos.
Cuando estamos en una situación desesperante todos los plazos nos parecen cortos y es lógico que perdamos la paciencia. Cuando se dan esos casos debemos confiar más que nunca en los tiempos Perfectos del Señor ya que Él está constantemente Obrando en nosotros para nuestro Bien.
“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”. Gálatas 6:9
Tenemos la responsabilidad, también, de contener a nuestros hermanos que están padeciendo trastornos de impaciencia.
La lectura conjunta de La Palabra de Dios, el Poder de la Oración y la Fe abrirán nuevamente los ojos de aquel que no puede serenarse y nuestro trabajo estará hecho.
Es cierto que a nadie le gusta ser interrumpido pero la perdida de Paciencia es una suerte de ceguera que nos quita la Paz y la Serenidad de Espíritu, pues esa actitud negativa que genera, crece a la vez que, nos aleja de las Enseñanzas de La Palabra de Dios.