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5 aspectos sorprendentes de la vida de Juan el Bautista.

Juan el Bautista fue el encargado de bautizar a Cristo, pero ¿lo conoces lo suficiente? Aunque su nombre implica que él bautizó personas (lo cual hizo), la vida de Juan en la tierra fue más que simplemente bautizar. 

“Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre.” Mateo 3:4

Aunque su nombre implica que él bautizó personas (lo cual hizo), la vida de Juan en la tierra fue más que simplemente bautizar. La vida adulta de Juan se caracterizaba por la devoción y la entrega a Jesucristo y a Su reino. La voz de Juan proclamaba la venida del Mesías a un pueblo que desesperadamente necesitaba un Salvador.

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“Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. Y acudía a él toda la región de Judea, y toda la gente de Jerusalén, y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.” Marcos 1:4-5

Él fue el precursor del evangelista moderno, así como él compartía las buenas nuevas de Jesucristo y no le daba vergüenza. Él era un hombre lleno de Fe y un ejemplo a seguir para aquellos que deseamos compartir nuestra Fe con otros. Él es uno de los personajes más importantes y conocidos en la Biblia.

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“Una voz clama: Preparad en el desierto camino al Señor; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios.” Isaías 40:3

Mientras que Juan era conocido como "el Bautista", de hecho, fue el primer profeta que Dios llamó desde el tiempo de Malaquías. El nacimiento de Juan fue milagroso. Nació de padres ancianos que nunca habían podido tener hijos. El ángel Gabriel anunció a Zacarías, un sacerdote levita, que tendría un hijo; pero fueron noticias que Zacarías recibió con incredulidad.

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“Surgió entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a Él.” Juan 3:25-26

De adulto, Juan vivió una vida difícil en la zona montañosa de Judea, entre la ciudad de Jerusalén y el mar muerto. Vestía ropa de pelos de camello con un cinto de cuero alrededor de su cintura, lo cual era la vestimenta típica de un profeta. Su dieta era simple, langostas y miel silvestre. Juan vivió una vida sencilla ya que se enfocaba en la obra del reino que tenía por delante.


“La ley y los profetas se proclamaron hasta Juan; desde entonces se anuncian las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.” Lucas 16:16

Juan era pariente de Jesús, puesto que sus madres eran familiares. De hecho, cuando el ángel Gabriel le dijo a María que daría a luz a Jesús, también le contó acerca de Juan. Cuando María llevaba a Jesús en su vientre, visitó a Elisabeth y Juan saltó de alegría en el vientre de su madre cuando escuchó la voz de María. La opinión general de Juan el Bautista era que él fue un profeta de Dios, y muchas personas pudieron haber pensado que él era el mesías. Esta no era su intención, ya que él tenía una visión clara de cuál era su llamado.




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