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Ya es sabido que los buenos tiempos tienden a adormecernos y sumirnos en una indiferencia espiritual. Queremos que puedas sentir la iluminación cerca y es por eso que te proponemos estos ejercicios para cultivar tu espiritualidad.
“Porque ustedes tienen tan poca Fe —les respondió—. Les aseguro que si tienen Fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: Trasládate de aquí para allá, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.” Mateo 17:20
Muchas veces porque realmente queremos disfrutar de aquellos momentos, y otras veces por nuestra naturaleza negadora, dando por sentado que nuestra Fe puede mantenerse por sí misma. Es por eso que muchos, en lugar de entregarse al Señor con una seguridad profunda y serena en medio de la crisis se preguntan dónde está Dios.
“Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra Fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.” Hebreos 12:2
Realmente no importa qué tan duro sea el momento por el que estemos atravesando o la gran dificultad que nos esté tocando vivir, siempre debemos recordar que Dios está allí para ayudarnos, reconfortarnos y guiarnos durante nuestra travesía por este, el camino que Él eligió para nosotros, con todos sus sacrificios y beneficios.
“Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su Fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.” 2 Pedro 1:5-7
Recordemos que debemos vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, y de esa manera cultivar constantemente los valores más dignos del orgullo de Cristo y también demostrarle que eres digno de Su confianza. Estoy convencido de que es la mejor manera de moldear nuestro carácter y convertirnos en una persona que toma las mejores decisiones.
“Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.” 1 Corintios 15:1-2
practiquemos la paciencia y la comprensión. Meditemos, oremos y hablemos con Dios permanentemente, intentemos escuchar los mensajes que nos envía y que sólo debemos estar abiertos a recibir. Seamos conscientes del tiempo y démosle su espacio para que las cosas ocurran en el momento debido y correcto.
“Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores paganos. Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino por la Fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra Fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la Fe en Él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado.” Gálatas 2:15-16
cuando pensemos en todo lo que tenemos para agradecer, nos damos cuenta del inmenso amor de Dios por nosotros. Desde la misma concepción de la vida tal como la conocemos, hasta los momentos más bellos que hemos vivido, todo es razón suficiente para estar infinitamente agradecidos, así que llenemos nuestro corazón con el más genuino sentimiento de enorme gratitud.