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En estos tiempos modernos donde lo superficial ha ganado terreno por sobre lo espiritual, hoy más que nunca debemos contar con una sólida base de buena Fe, una rutina de ejercicios básicos.
“En realidad, sin Fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.” Hebreos 11:6
Todos sabemos que el concepto de Fe está íntimamente relacionado con el espíritu. Ejercitar nuestro espíritu nos traerá el beneficio de una Fe fortalecida, la que puede ser fácilmente estimulada mediante el ejercicio de la oración, el permanente hilo que nos conecta con Dios Padre, fuente eterna de amor y refugio certero en los momentos en los que la duda acecha. Una dosis de oración diaria cimentará las bases de tu Fe.
“Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en Él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su Fe, que es su salvación.” 1 Pedro 1:8-9
Las buenas acciones son siempre la manera ideal de generar sentimientos positivos tales como la generosidad, la gratitud y la empatía; todas -a su vez- virtudes que enaltecen nuestra Fe, algo así como el combustible del que nuestro corazón se alimenta para permanecer firme en el camino que Cristo nos propone seguir. Realiza la buena acción diaria y fortalece tu Fe.
“Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás.” Juan 11:25-26
El concepto más difícil de comprender cuando hablamos de Fe, es el de creer ciegamente. Es por eso que debemos tener en cuenta que no se nos obliga a hacerlo: muy por el contrario, la creencia ciega es algo que nos llega por añadidura; algo que adquirimos una vez que hayamos dejar entrar a Dios plenamente en nuestros corazones. Abramos entonces las puertas de nuestras vidas y demos la bienvenida a Jesús.
“Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una Fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.” 1 Corintios 13:2
Amor. Porque el amor es la respuesta a todo, porque todo lo inunda con su fuerza sanadora. Fortalecer nuestra Fe ejercitando la cantidad de amor que tenemos para entregar a los demás es una excelente manera de sentirnos útiles y mejor con nosotros mismos, con los demás y con todo aquello que encierra ser llamados dignos hijos de Dios. Porque Él dijo que nos amemos los unos a los otros.