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En este momento de la vida tenemos lograr despejar las variables que nos desvían de nuestro destino de Fe. Descubre en el siguiente artículo la guía necesaria para sumar tu corazón al Espíritu Santo.
"Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre." Proverbios 5:18-19
El amor es una de las emociones más poderosas que experimentamos como seres humanos. Sin embargo, a veces nos perdemos en nuestras propias dudas y miedos y olvidamos lo importante que es sentir y expresar ese amor. Es por eso que es fundamental abrir nuestro corazón y confiar en otra persona, ya que esto nos permite ejercitar la paciencia, la escucha activa y el amor propio.
Al encontrar a alguien con quien podamos conectar de un modo especial, debemos cultivar ese amor día a día, incorporando valores que nutren nuestro camino hacia la iluminación del alma. Si sentimos que esa persona es la indicada, nos corresponderá a cada paso y juntos podremos construir una red de contención emocional que nos ayude en los momentos más difíciles.
“Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” Eclesiastés 4:9-12
Trabajar en equipo nos permitirá sentirnos más gratificados, pero es importante recordar que también existen reglas de convivencia que debemos seguir para sostener a la otra persona en sus momentos más difíciles. Darle apoyo y sustento en el cumplimiento de sus sueños y metas personales es fundamental para construir la confianza necesaria para compartir un amor que se multiplicará en el futuro.
Así como el sacrificio de Jesús en la cruz nos enseñó el amor que tenía por su familia, también debemos aprender a recibir el amor de los demás. A veces tenemos corazones endurecidos por el miedo a sufrir, pero es importante tener la decisión y el poder de atracción necesarios para sentirnos libres y con el amor mutuo.
"Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.” 2 Pedro 1:5-7
Si aún no has encontrado a ese ser de luz en tu vida, no te desesperes. Seguramente en el plan del Padre Celestial está alguien esperando para cruzar su camino con el tuyo. No pierdas la esperanza y sigue buscando, ya que cuando encuentres ese amor verdadero, todo el esfuerzo habrá valido la pena.
No hay duda de que el amor es uno de los más grandes regalos que la vida nos ofrece. Nos llena de alegría y nos da la fuerza para superar cualquier obstáculo. Pero para poder disfrutar de todos sus beneficios, debemos estar dispuestos a trabajar en nuestros vínculos amorosos, cultivando el amor mutuo y la confianza.
"Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo ” Efesios 5:22-24
Si logramos encontrar a alguien con quien compartir este camino, seguro que nuestra vida será más feliz y plena. Y si aún no has encontrado a esa persona especial, no te desanimes. El amor verdadero está ahí fuera, esperando a cruzar tu camino. ¡Sigue buscando y nunca pierdas la fe!
El amor verdadero, inspirado por el amor divino, trasciende las limitaciones humanas y nos conecta con algo más grande que nosotros mismos. Nos invita a vivir con propósito y significado, a compartir la luz del amor con aquellos que nos rodean y a encontrar consuelo y esperanza en los momentos de dificultad.
Por lo tanto, mientras continuamos nuestro viaje en busca del amor verdadero, recordemos que este camino está marcado por la fe, la esperanza y la perseverancia. Mantengamos nuestros corazones abiertos, confiando en que el amor de Dios nos guiará y fortalecerá en cada paso del camino. Con esta certeza en nuestro corazón, podemos avanzar con valentía y confianza, sabiendo que el amor verdadero siempre encontrará su camino hacia nosotros.