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El mapa de bendiciones siempre estará a disposición. Vuelve a conectar con la luz del Señor para iluminar tu camino de sanación.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16
Restaurar nuestra fe es un proceso vital en nuestra jornada espiritual. Si permitimos que la desconexión con el Espíritu Santo perdure, cargaremos con un peso innecesario que solo puede aliviarse mediante la gracia del Señor.
Al recordar que nuestro Padre Celestial siempre nos perdona en el nombre de Jesús, encontramos en Él el amor y la paz necesarios para seguir adelante en un camino de bendiciones, sin necesidad de sacrificios materiales, sino entregando nuestro corazón en oración y gratitud.
El perdón, como herramienta de sanación, nos acerca al corazón de Dios y nos permite seguir su ejemplo de amor incondicional manifestado en la obra redentora de Jesucristo en la cruz.
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” Romanos 12:2
Alimentar nuestra espiritualidad se vuelve una tarea sencilla en comparación con mantenernos alejados del pecado, comprendiendo que el perdón hacia nuestros semejantes y la recepción del perdón divino son esenciales en nuestro camino de evolución espiritual junto al Señor.
Decidir vivir en comunión con el Espíritu Santo nos asegura un camino de luz y fe, transitando hacia la morada celestial con firmeza y fervor. Los valores revelados en la Sagrada Escritura nos guían y fortalecen ante las adversidades, recordándonos que en cada decisión y paso que damos, estamos en comunión con nuestro Padre Celestial y su hijo Jesús.
“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.” Colosenses 3:23-24
Confiar en la palabra santa nos conecta con la presencia amorosa de nuestro Creador, quien nunca nos abandona y siempre está dispuesto a guiarnos y fortalecernos en los momentos difíciles. Al permitir que la fe entre en nuestros hogares y en nuestras almas, extendemos la luz de Cristo a nuestros seres queridos y nutrimos la llama divina en nuestros corazones.
Superarnos día a día en la gloria de Dios implica dejar atrás la angustia del pasado y los pensamientos negativos, confiando en el plan perfecto que nuestro Padre ha diseñado para nosotros.
“Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor.” Hechos 3:19
Romper con la zona de confort y encomendar nuestros corazones a la bendición del Padre Celestial nos lleva a continuar por el sendero del Espíritu Santo hacia el templo celestial, donde encontraremos refugio en la oración y en la presencia divina.
Reconocer a Jesucristo como nuestro único salvador es la misión más noble y desafiante de nuestras vidas. Al escuchar y ver la gloria y la sabiduría de nuestro Padre Celestial, no nos queda más que seguir su palabra y comprometernos plenamente con la fe, confiando en su guía y en la luz eterna que ilumina nuestros caminos.
En los momentos de necesidad, su presencia se hace sentir en nuestros corazones, renovando nuestra fe y guiándonos hacia nuestro destino espiritual.