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Las 3 claves de las 3 P: Perdonar Pecados al Prójimo.

Lograr cumplir con el verdadero perdón es una tarea no muy fácil de llevar a cabo y, como es de suponer, conlleva mucho más que un puñado de palabras pronunciadas en cierto orden.

“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” 2 Crónicas 7:14

Empatía

Perdonar a quien nos ofende, pero perdonarle verdaderamente, no es una empresa fácil de llevar a cabo y, lo que es más, implica un compromiso enorme de nuestra parte, comenzando con un aspecto que sinceramente escapa toda lógica pero que, como muchas veces lo hace el Señor, se dibuja de manera misteriosa. Construir empatía con quienes nos ofende significa ponernos en su lugar para poder comprender qué fue lo que motivó a nuestro prójimo a cometer dicha ofensa. Analizando este aspecto desde la objetividad, se opone a nuestra lógica pero al mismo tiempo tiene perfecto sentido si proviene del consejo de Dios: Tan sólo recordemos cómo Él puso su otra mejilla a quienes le ofendían.

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“Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: ―Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? ―No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—.” Mateo 18:21-22

Humildad

Otro aspecto a tener en cuenta y básicamente por ser algo difícil de lograr, es hacernos de toda la humildad posible para comprender el hecho de que quienes nos ofenden se encuentran a nuestra misma altura, y que nosotros, los que contamos con el libre albedrío para poder perdonarles o no, no estamos situados por encima de ellos ni en un lugar exclusivamente privilegiado: muy por el contrario estamos todos al mismo nivel. Actuar en consecuencia de nuestra humildad significa comprender que, por parte del que nos ofende, se necesita mucha humildad para reconocer el error cometido y, por nuestra parte, también se necesita humildad para dejar de lado la ofensa y enfocarnos en nuestro prójimo.

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“Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Jesús se les anuncia a ustedes el perdón de los pecados. Ustedes no pudieron ser justificados de esos pecados por la ley de Moisés, pero todo el que cree es justificado por medio de Jesús.” Hechos 13:38-39

Amor

Porque al final toda respuesta desemboca en el amor: El amor con el que Cristo nos enseña día a día mediante el ejemplo; el amor con el que Dios nos dice que es nuestra única arma infalible; el amor que nos impulsa a llegar más lejos y a ser cada vez mejores personas. Es entonces el amor como respuesta a todo el legado con el que Cristo mejor nos ha bendecido, Su mensaje más claro y más duradero, el más escuchado y el que mejor se transmite a lo largo y ancho de todo el mundo. En definitiva: La respuesta a todos los males de este mundo.




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