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Los Pilares Fundamentales de la Oración

¿Quieres profundizar la manera en que te conectas con tu ser interior?

Explora en el siguiente artículo bases y guías que te ayudarán a encontrar una manera única de conectarte con el amor.

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“A ti, Dios de mis padres, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder, me has dado a conocer lo que te pedimos, ¡me has dado a conocer el sueño del rey!” Daniel 2:23

Reconocer que en la oración podemos mostrarnos de un modo único frente al Espíritu Santo es algo muy especial. Podemos tener la más importante virtud de Dios, en nuestro espacio personal, abonándola y dándole forma cotidianamente.

Esta actitud refleja una sumatoria de muchas otras virtudes que el Señor nos brinda. Su bondad se ve reflejada en el amor, en el perdón, en la humildad y en el uso de la verdad.

Recordemos cómo sin importar cuántas veces le hemos ofendido o cuánto nos hayamos alejado de su camino, El Padre Celestial siempre contará con una buena dosis de bondad para perdonarnos y aceptarnos 

Comienza hoy mismo a poner en práctica una rutina de oración que te ayudan a erradicar sentimientos de ira y rencor de tu ser interior.

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“Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.” Lucas 9:16-17

Otra característica que debemos ejercitar durante la oración es  la perseverancia.

La práctica de la oración, el uso de esta virtud tan difícil de lograr, se alcanza mediante la implementación de una rutina: una creación de un espacio personal, propio y de conexión con El Señor.

La empatía que logres tener contigo, y con tu sanación espiritual, te ayudará a comprender tus necesidades. Tus deudas espirituales, podrán ser saldadas junto a Dios.

Una vez que logres estar en equilibrio y en paz mental, podrás perdonaral prójimo y situarlo en la misma posición que la tuya. Comprenderás entonces que al final del camino todas las personas somos iguales ante los ojos del Señor.

Practica la humildad en lugar de la arrogancia. Ejercita tu humildad pidiendo consejo a los demás y teniendo en cuenta que siempre habrá algo qué aprender de tus hermanos y hermanas en la Fe.

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“¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33

Con la Palabra de Dios, y la verdad universal de sus enseñanzas, podrás comprender los momentos y aprendizajes de tu vida, ya que sólo con la verdad triunfaremos realmente.

La verdad, en contraposición con la mentira, representa la luz; todo aquello que está bien; la liberación de las cadenas de los sentimientos negativos que pujan por alejarnos del camino del Señor.

Tómate el tiempo de enmendar mediante la oración, todas los pensamientos y acciones negativas que aparecen en tu mente y en tu corazón.


“Regresa y dile a Ezequías, gobernante de mi pueblo, que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y en tres días podrás subir al templo del Señor.” 2 Reyes 20:5

Si puedes tomar decisiones que se alineen con el camino de iluminación de Jesús, encontrarás que perdonando a quienes te ofendieron, podrás alcanzar una equilibrio emocional y espiritual nunca antes percibido.

No es una virtud fácil de alcanzar, puesto que conlleva la difícil tarea de hacer a un lado nuestra propios errores y desaíos.

Aportando una gran cuota de humildad, recuerda que es importante olvidar el rencor que genera la ofensa, pero es el primer paso en el camino del perdón.


“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

El señor nos regala su más perfecta visión, su obra maestra, al decir que nos amemos unos a otros como Él nos ama. La prueba irrefutable que representa su amor incondicional al entregar su propia vida por nosotros, en el acto de amor más grande que se hay podido manifestar.

Si practicamos la oración diariamente, nos convertiremos finalmente en un ejemplo vivo de su sabia palabra, de sus actos de Fe y amor. Regálale a tu entorno, familia, amigos, amigas, compañeros y compañeras de vida que te acompañan en tu aprendizaje cotidiano un abrazo y un perdón, será el el primer paso hacia la sanación del corazón.




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