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En la decisión se encuentra la acción. Encuentra la respuesta en el siguiente artículo.
“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.” Hebreos 12:1
Porque tu Fe no es lo suficientemente fuerte. Muchas veces he oído decir que las oraciones no funcionan o que Dios no tiene tiempo para escuchar a tal o cual persona. Tal vez la respuesta se encuentre en nuestra Fe, es por eso que debemos analizar y comprobar en qué estado se encuentra antes de enfrentarnos a una prueba. En tal caso lo mejor será ejercitarla a conciencia para no cometer los mismos errores.
“¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.” Zacarías 9:9
Porque las pruebas que superas todavía no te permiten crecer. Recordemos que los obstáculos que Dios pone en nuestro camino hacia Él no sólo ponen a prueba nuestra Fe, sino que, de ser superadas, también nos otorgan virtudes con las que hasta ese momento no contábamos, y todo contribuye a hacernos crecer como individuos, pero tal vez lo que suceda es que necesitemos repetir la prueba una y otra vez hasta lograr el objetivo que Dios pretende de la manera que Él quiere.
“Pelea la buena batalla de la Fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de Fe delante de muchos testigos.” 1 Timoteo 6:12
Porque Dios no lo quiere. Pero es importante tener en cuenta que esto no se trata de un capricho divino ni mucho menos, es tan sólo que Dios es el único que conoce tu potencial y cuánto puedes dar si te lo propones y, puesto que sabemos que Cristo no se anda con medias tintas, Él pretende que lo des todo, tal y como Él lo hizo cuando entregó Su vida por todos nosotros.