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Las ceremonias y ciertos actos que repetimos hoy en día, se iniciaron en el pasado luego de ser repetidos y desarrollado por cientos de personas a lo largo de sus vidas y en el mundo entero. Conoce las historias que dieron origen a las costumbres del matrimonio.
“Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor.” Proverbios 18:22
El uso de el velo nació en la antigua Roma, cuando en ese entonces se creía que protegería a la novia y le permitiría esconderse de los espíritus malignos que acosen celosos de su felicidad.
Según el folclore, un cuchillo representa una relación rota y se cree que traerá mala suerte si se entrega como regalo de boda. Si encuentras un cuchillo en tu lista de casamiento, dale a quien te lo haya regalado una moneda. Así, será una compra y no un regalo.
“Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!” Proverbios 31:10
Alzar a la novia para luego cruzar a través de la puerta es una costumbre que comenzó en la Europa Medieval, época en la que muchos creían que una novia podía ser atacada por espíritus malignos a través de las plantas de sus pies. Para evitar esta posibilidad, el novio alzaba a la mujer hasta su nuevo hogar.
Sonar de las campanas es una tradición en las bodas irlandesas, donde éstas suenan para alejar a los espíritus malignos y para asegurar una vida familiar armoniosa. Algunas novias irlandesas incluso llevan pequeñas campanas en sus ramos como recordatorio de sus votos sagrados.
“Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo.” 1 Corintios 7:2
Acerca de la novia llorando en su propia boda: Se supone que la novia tendrá buena suerte si llora durante su boda. La explicación está en que, si lo hace, la novia ya habrá derramado todas sus lágrimas y ya no tendrá que llorar durante su matrimonio.
En algunas culturas, la lluvia en el día de boda simboliza fertilidad y purificación. El primer anillo de bodas fue hallado en Egipto, aproximadamente en el año 2800 a.C.
A la novia la entrega su padre porque en tiempos pasados, las hijas se consideraban ser de la propiedad de su progenitor, así que era él quien se encargaba de transferir dicha "propiedad" al nuevo dueño: el novio.
“Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.” Colosenses 3:18-19
En Siberia hay una creencia que reza que si no te casas, cometerás un pecado tan grave que tu alma se quedará en la tierra para asustar a los seres vivos.
En la cultura oriental se creía que las cejas eran una imprescindible herramienta de seducción. Por tal motivo, en el día de la boda se afeitaban completamente las cejas de la novia para que no lograra atraer a ningún hombre.