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Conoce la verdadera fuerza de la Fe. En diversas manifestaciones y con un único artífice: nuestro Padre Celestial. Descubre las historias de estos superhéroes que fueron parte de los relatos de la Biblia.
“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” Isaías 41:10
Sin duda, si hablamos de fuerza en la Biblia, el primer ejemplo que viene a nuestras mentes es el de Sansón. Él fue un hombre nacido por voluntad de Dios con la condición de que sea llamado Sansón y de que consagre su vida a Cristo; dueño de una fuerza sin igual pero con un punto débil: no debía perder su larga cabellera, ya que de otra manera se desvanecería toda su fuerza.
“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” Isaías 40:31
Otro claro ejemplo es el de David a la hora de enfrentar al gigante Goliat. Si bien la astucia del futuro Rey David fue más maña que fuerza, lo que sí es preciso recordar, es que indudablemente se necesita de mucha fuerza de espíritu para enfrentarse a algo que a simple vista nos destruirá, algo que va en contra de todos los pronósticos pero, aún así, David supo contar con la fuerza necesaria para decir que solamente le bastaba con contar con Dios de su lado. Afortunadamente, Dios nos enseña que nada es imposible.
“¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!” Salmos 18:1-2
Ya hemos visto que no necesariamente hablamos de fuerza física y de hecho, recordemos a Esther, quien era reina cuando Amán, el segundo hombre más poderoso en la tierra, persuadió al rey Jerjes para condenar a los 9 millones de judíos en el reino a la muerte. Arriesgó su vida por acercarse a Jerjes y le reveló que ella era judía. Jerjes cambió de opinión y los judíos fueron liberados. De más está agregar más palabras a lo valiente y arriesgada que fue Esther al salvar a un pueblo de la muerte. Eso sí que es fuerza.
“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12
Noé comprendió todo, tal vez en un momento equivocado, pero aún así, eso no lo detuvo a la hora de obedecer la palabra de Dios, porque él vivía en Cristo y contaba con una Fe bastante fuerte. Noé obedeció a Dios. Éste le habló una sola vez y Noé construyó un barco en tierra seca y esperó décadas para que lloviera. Para otros, Noé había perdido la cabeza, pero él se mantuvo firme en sus convicciones, que no eran más que Dios hablándole a su corazón.