Puedes consultar la Palabra Sagrada cuando gustes y dónde más lo necesites. Conoce estos pasos fundamentales para sentirte más cerca del camino en el siguiente artículo.

“El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo.” 1 Juan 5:10

En momentos difíciles, podemos apoyarnos en Dios y afianzarnos en Él para seguir adelante.

Nuestro Padre Celestial es quien nos guía en su plan divino para enfrentar y comprender sus mensajes. En ocasiones, nos planteará situaciones específicas, y también colocará personas en nuestro camino para que las ayudemos o para recibir su guía.

¿Anhelamos alguna situación que nos ayude a ser mejores personas? ¿Qué se necesita para dar ese salto de fe en nuestra vida?

“Ciertamente El asombrará a muchas naciones, los reyes cerrarán la boca ante El; porque lo que no les habían contado verán, y lo que no habían oído entenderán.” Isaías 52:15

La respuesta es algo tan simple y claro que a menudo se vuelve invisible a nuestros ojos, pero es precisamente lo que nuestro corazón necesita: el Espíritu Santo.

Si logramos basar nuestro día a día y todo lo que hemos aprendido hasta ahora en nuestro Salvador, tendremos una visión trascendente en cualquier circunstancia y eventualidad. No hay fuerzas mágicas ni recetas que funcionen. El verdadero poder de la fe radica en la oración, la lectura de la Biblia y nuestra entrega a Dios.

Nuestro Padre Celestial no se equivoca y nunca deja de acompañarnos en nuestra evolución espiritual.

Dentro de su plan divino, él traza y diseña oportunidades para cada uno de sus hijos e hijas, para que puedan recibir las certezas necesarias que les permitan vivir en comunión y fraternidad emocional.

“El es el que hizo la tierra con su poder, el que estableció el mundo con su sabiduría, y con su inteligencia extendió los cielos.” Jeremías 51:15

La Palabra nos brinda enseñanzas de todo tipo, para que podamos comprender que debemos mirar más allá de las nubes que ocultan el sol y observar el árbol que tapa el bosque, para entender realmente por qué estamos atravesando las situaciones de aprendizaje actuales.

Es cierto que tenemos una conexión con el Espíritu Santo, que nos permitirá demostrar con decisiones y acciones concretas lo que anhelamos en nuestro corazón.

“El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro” Salmos 18:2

Al transmitir el mensaje divino, lleno de esperanza y amor, podremos seguir fielmente su camino de descubrimiento y aprendizaje. Con respeto y acercándonos a aquellos que más lo necesitan, estaremos poniendo en práctica su Palabra y su Gloria en nuestras manos.

Sea cual sea el momento de vida que estemos atravesando, Jesús estará presente en nosotros y en aquellos que nos rodean como hermanos y hermanas de la Fe.