“Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!”

Eclesiastés 4:10

Vínculos entre hermanos


Cuando nuestras rutinas son complejas o no nos dejan descansar ni un minuto resulta complicado mantenerse alerta y atento a las necesidades de los demás. Cada uno se centra en sus propias problemáticas y dilemas y pierde la atención hacia sus hermanos. Ya no podemos ver aquello que les sucede, sino que estamos focalizados únicamente en nosotros mismos. Pero debemos recordar algo fundamental para vivir en comunión: Dios Padre quiso que fuésemos hermanos y que vivamos unidos en la fe. Solo juntos podremos vivir bajo la enseñanza del Señor y nos ayudaremos los unos a los otros cuando estemos perdidos. El tránsito desde ese estado será más ameno si nos entregamos verdaderamente a la gracia divina de Nuestro Padre Celestial.

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Es imprescindible que no olvidemos eso, que cada vez que nos sintamos desconectados del prójimo busquemos en forma activa caminos que nos acerquen de nuevo. Dios Padre siempre será el intermediario y guía para relacionarnos como hermanos. Retomar aquellas prácticas que nos vuelvan a unir, que renueven nuestro compromiso con el prójimo será una forma de también estar más cercanos a Dios. Para ello orar a diario nos dará una mejor perspectiva sobre las cuestiones a las que tenemos que poner mayor atención y dar importancia.