“Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.”

1 Tesalonicenses 5:16-18

Dios en la alegría


Solemos recurrir a Nuestro Padre Celestial sólo cuando nos encontramos en penurias o angustiados por alguna razón. En esos momentos pedimos guía, consuelo y ayuda para enfrentar situaciones tormentosas. Pero muchas veces nos olvidamos de reflexionar cuando estamos alegres por algún acontecimiento. Sea compartido con otros o no, Dios Padre estará presente y será parte de esa bonanza. Él habrá obrado para que estemos experimentando ese amor y esa alegría.

Publicidad

Dios también está ahí para compartir nuestros éxitos y triunfos. Para conversar con Él sobre nuestra felicidad, allí es cuando nos encontremos en regocijo. Alabar a Dios también cuando estemos en calma nos dará la paz que siempre buscamos. No debemos perder la conversación diaria con Nuestro Padre, la reflexión profunda con la que entremos en contacto. El pensamiento introspectivo y la reflexión conciensuza sobre la enseñanda divina nos guiará de mejor manera en el camino. Siguiendo el ejemplo cristiano, contemplando a nuestros hermanos y celebrando las alegrías día a día, nos mantendrá por el buen sendero. El mismo que designa Dios Padre para nosotros cada amanecer y que quiere que recorramos con fe y esperanza. Manteniéndonos positivos ante las adversidades, ayudandonos unos a los otros, siendo fieles devotos a nuestra Iglesia.