“Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda enfermedad.”

Éxodo 23:25

Mantenernos saludables


Mantenernos saludables tiene mucho más que ver con aquello que involucra a nuestras propias emociones y sentimientos que una determinada dieta que podamos seguir, o ejercitarnos con la última actividad física de moda. Todo lo que dejamos entrar a nuestros pensamientos se transformará en ideas positivas que nos eleven en relación al espíritu, o negativas que puedan impactar en nuestra salud. Jugar con nuestro bienestar o ponerlo en riesgo es responsabilidad pura y exclusivamente nuestra. Los buenos tratos que estemos dispuestos a recibir así como los malos, tendrán repercusiones en nuestro estilo de vida.

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Todo aquello que permitimos que suceda cuando no cuidamos de nuestra salud puede ser dañino. Podemos caer en malos hábitos que dejen huellas en nuestro devenir si no reaccionamos a tiempo. Dios estará presente para recordarnos cuán importante es prestar atención a nuestro propio cuidado y paz mental. Reflexionar sobre lo que nos sucede a diario, acompañados por el Señor, nos entregará la calma precisa para enfrentar cualquier afección física que podamos estar transitando. Su protección es divina, y su amor es infinito, pero nosotros debemos también resguardarnos de lo que nos pueda hacer mal, y estar dispuestos a atender esos asuntos por nuestro propio bien.