“Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Que tu buen Espíritu me guíe por un terreno sin obstáculos.”

Salmos 143:10

Más lo creo


Podemos tener dudas sobre muchas cosas pero poner en duda nuestra fe sólo será un error. Puede que otros nos alienten a perder la paciencia, a cuestionarnos el camino que estamos transitando o incluso, a preguntarnos: “¿Por qué crees en Dios?”. La realidad es que si no nos encontramos firmes en nuestras bases cristianas o no estamos llevando una vida cercana al Señor, nuestra fe puede verse afectada. No sólo porque otros la pongan en duda, sino porque nosotros mismos no tendremos los fundamentos necesarios para enfrentar a esas ideas equivocadas.

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Cuando nos encontramos en paz con nuestro accionar y con nuestros encuentros con el Señor nuestras vidas serán más plenas. Tener momentos de reflexión y conversación profunda con Nuestro Padre Celestial nos brindarán la templanza necesaria para seguir adelante y tomar mejores decisiones. Por el contrario, cuando alguien con mala intención quiera alejarnos de Nuestro Padre debemos mantener la calma y preguntar en cambio por qué nuestro hermano está tratando de hacer eso. ¿Acaso a sido lastimado o ha perdido la fe por algún motivo en especial?. Cuando encontremos la respuesta nuestra labor será volver a reencontrar a esa persona desde el amor de Nuestro Dios, intentar que se disponga a sanar y a recobrar la fe.