Pese a que ciertas circunstancias nos desgasten diariamente, estas situaciones difíciles se tratan sólo de cuestiones superficiales, perecederas, y que son normales como humanos dispuestos a vivir esta experiencia de vida material. Junto a esto y en el interior de nosotros se halla el hombre espiritual, que es el que lleva la esperanza como hijo de Dios Padre. Como explica el apóstol Pablo: “tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros”. Las personas alojamos un tesoro valioso, eterno, que no se ve a simple vista, y es nuestro espíritu que se halla en constante búsqueda de Dios. Frente al desgaste superficial, llevamos una renovación interna que nos ilumina cada vez más.
Reflexiones para agradecer al Señor por el día que has tenido