“No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.”

Proverbios 3:7-8

Ser honestos


Muchas veces nos vemos tentados a decir una mentira para no aceptar que simplemente no sabemos lo que nos están preguntando. Suele suceder en nuestros trabajos, para no sentirnos en falta de conocimiento, podemos decir una cosa por otra ante la presión. Si pasa repetidas veces podemos estar cometiendo una falta grave para con los demás y con nosotros mismos. Asumirnos “sabelotodos” nos incapacita de aprender lecciones valiosas para nuestras vidas. Ser honestos y reconocer que no tenemos ese conocimiento será la decisión correcta, eso nos va a alentar a preguntar a otros o a buscar ayuda.

Publicidad

Dios estará atento a nuestra honestidad y seguirá de cerca nuestras pasos cada vez que nos veamos seducidos a ocultar la verdad. Será más productivo decir que no sabemos antes que inventar una mentira. Nuestros hermanos se sentirán decepcionados al descubrir que no hemos sido genuinos con alguna cosa, o que hemos faltado a nuestra palabra. Una vez que la falsedad tome parte en nuestras rutinas será difícil volver a ser fieles. No lo estaremos haciendo con maldad o para perjudicar a otros, pero mentir puede volverse una decisión abrumadora y Dios será testigo de nuestra falta de compromiso como cristianos y de nuestro accionar errado.