“Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.”

Proverbios 16:32

Las malas elecciones


Requiere de mucha experiencia y mucha introspección aprender a dominar el propio carácter. Cuando somos jóvenes solemos ser personas irreverentes, no respetamos el descanso, muchas veces tampoco respetamos las buenas costumbres o faltamos el respeto a nuestros hermanos. Con esas conductas errantes estamos probandonos, mejor dicho, probándoles a nuestros amistades o compañías que somos insolentes y valientes, que nada puede realmente afectarnos. Esa especie de coraje que queremos demostrar suele estar ligada a revelarse a algunos preceptos que aprendimos en nuestro hogares o revelarse a la autoridad que ejercer nuestros padres o los que vemos como adultos mayores.

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La realidad es que esa desobediencia sólo nos traerá malestar en el corto plazo. Muchos han caído en las malas elecciones por su insurrección. Una forma de ejemplificar eso se trata del consumo temprano de drogas o alcohol, adicciones con las que luego esos niños deben lidiar por alejarse de Dios Padre. Nuestro Señor sabrá reprender pero también tenderá su mano a aquellos jóvenes que pierdan el camino, que no logren encontrar su propósito en la vida cuando más se sientan confundidos. Si su corazón es dócil y puede recibir la voluntad de Dios, volverán a encontrar el cauce y cuando su rebelión pase, serán recibidos con amor y redención ante los brazos de su Padre Celestial.