“Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.”

Hebreos 12:11

Transmitir la enseñanza


Resulta importante que los niños reciban desde el centro de sus familias cuáles son los verdaderos valores cristianos. Es muy común que siendo pequeños se distraigan con otras cosas y actividades porque se encuentran experimentando el Mundo que los rodea, pero será tarea de las generaciones anteriores fortalecer su vínculo primario con Dios. Cuando los padres se sientan a conversar con los niños sobre las enseñanzas cristianas logran que ellos puedan ver la importancia que tiene mantenerse en la fe. Valores como la solidaridad, el respeto para con uno mismo y con los demás y la generosidad de corazón son algunas de las formas que deben ser transmitidas en el hogar.

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Es importante que como adultos pensemos que los más pequeños se están formando permanentemente, y que muchas veces, copiaran lo que nosotros hagamos como mayores. Así es que si faltamos el respeto a alguien, levantamos la voz cuando nos enojamos, o nos mostramos violentos cuando aparece alguna frustración, seguramente el niño replicará eso que vió de sus ejemplos a seguir. Inculcarles como hábito la conversación con Dios Padre, la reflexión sobre las decisiones que toman, la puesta en valor de sus logros, seguro se conviertan en personas de bien.