“No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia.”

Romanos 6:13

Futuro y Presente: La Unión de la Esperanza


Muchas veces he oído personas quejarse de lo difícil que es alcanzar tal o cual objetivo, de lo inalcanzable que resulta dejar determinado hábito o de las tantas veces que, frustrados, han tirado por borda el camino recorrido.

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Meditando acerca del tema, creo que es importante tener en mente una imagen de cómo queremos ser, vernos a nosotros mismos con nuestro yo ideal. La visualización de lo ideal nos obliga a dar una imagen a la meta que queremos lograr y, de esa manera, quitarle la etiqueta de inalcanzable, volviéndola casi tangible, realizable.


Por eso la palabra de Dios, a través de sus descripciones futuras, nos da una idea de dónde debemos llegar y en qué debemos convertirnos para arribar a ese punto en cada una de nuestras vidas.


Reconozcamos cada día la necesidad de conocer más del Señor y, mediante las escrituras, abramos nuestros ojos para ver el futuro en el que se encontrará Él esperándonos con sus brazos abiertos al final del camino.


Obremos cada día justamente en el bien, visualizando ese futuro, para de esa manera armarnos de toda la confianza posible, la fe y el coraje necesarios para seguir en Él, regocijándonos en su fuente de amor eterno, obedeciéndole y sirviéndole con gratitud.