“No permitan que ninguno tome venganza del que le hace mal. Al contrario, deben esforzarse por hacer el bien entre ustedes mismos y con todos los demás.”

1 Tesalonicenses 5:15

Un pensamiento más abarcativo


Existen personas que quieren priorizar permanentemente sus necesidades a las del resto. Al momento de reunirse con amigos piensan estratégicamente qué les resulta más cómodo o fácil, qué provecho podrán sacar de esos encuentros. También, están aquellos que en el trabajo tratan de obtener la mayor tajada, las actividades más sencillas de hacer, o la forma de quedarse con todo el crédito por algo que han realizado en conjunto con sus compañeros. En general, esas personas se han arraigado en conductas egoístas hace ya tiempo, y se han alejado del correcto camino cristiano.

Publicidad


Contemplar las emociones y necesidades de los demás es muy importante para poder vivir en comunión con nuestros hermanos. Pensar únicamente en qué nos conviene a nosotros mismos o qué podremos obtener en retorno, nos colocará en una posición en la que no pondremos ninguna atención en lo que nos rodea. Cerrarnos a nuestro propio bienestar hará que no busquemos de ayudar a los demás o ser solidarios. Así, estaremos creando un muro con nuestro prójimo, con lo que en verdad es importante. Dios será quien nos recuerdo de la importancia de respetar a nuestros hermanos, aún cuando pensemos que no nos necesitan o tengamos alguna actitud individualista.