“Pero en su angustia se volvieron al Señor, Dios de Israel, y le buscaron, y Él se dejó encontrar por ellos.”

2 Crónicas 15:4

¿Estás dispuesto?


Muchas veces negamos todo aquello que estaríamos dispuestos a hacer por mantener (o recobrar) nuestra propia fe. Cuando nos distanciamos de Dios Padre y de su bondad, es probable que nos sintamos raros o solos y algo perdidos en el camino que debemos seguir. Nos cuestionamos qué sería aquello que podemos hacer para acercarnos al Señor, para poder volver a confiar en Él, en su forma de mostrarnos las cosas. Si nos quedamos detenidos en un sendero de interrogantes o desconfianza seguramente no nos animemos a volver a nuestro camino como cristianos.

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Dios nos dará siempre seguridad: esa que nos permite volver cuando nos hayamos alejado, y ser recibidos con el mismo amor. El Señor será nuestro refugio apun cuando pensemos que estamos tan distantes que no sabemos cómo abordar nuestra propia reconciliación con la fe. La esperanza de ser cuidados y respetados de la misma manera, será siempre nuestro regocijo como hijos de Dios. Nuestro Padre será el encargado de abrir sus brazos cada vez que no logremos encontrarlo, cada vez que estemos confundidos. Cabe preguntarnos qué estamos dispuestos a hacer para regresar a Él, para volver a sentirnos en confianza y al cuidado del Señor. Podemos tomarnos un minuto para pensar en ello.