“A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía.”

Proverbios 11:3

El valor de los compromisos


Hace poco tuve una fuerte discusión con un amigo por faltar a un compromiso. Debía acompañarlo a un lugar y se me pasó por completo. Por más que lo hubiera agendado, mi olvido fue mayor y terminé por no presentarme. Cuando lo noté realmente no me cuestioné mi actitud, pero días después mi amigo me increpó con el asunto. Me dijo que me había esperado, que era importante para él que yo estuviese allí y que como siempre, yo acababa por minimizar toda la situación y no hacerme cargo de lo que había pasado. Me sentí realmente en falta y pedí disculpas pero algo me indicaba que aún no estaba resuelto.

Publicidad

A veces no asumimos la plena responsabilidad de lo que hacemos a otros y de cómo eso puede afectarlos. Dios siempre querrá que nos ocupemos de nuestros asuntos pero también, que contemplemos a nuestros hermanos. Priorizarlos y estar atentos a sus necesidades nos hará más atentos y no caeremos tan fácilmente en equivocaciones. Faltar a nuestra palabra es un hecho grave, porque estaremos jugando con el tiempo y con las ganas de los demás. En caso de asumir una responsabilidad o quedar con alguien en hacer cierta cosa, debemos cumplirlo y si nos resulta imposible dar explicaciones sobre ello.