“Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.”

1 Juan 5:14

Nuestra libertad


Mantenernos cerca de Dios Padre es una elección que nosotros mismos debemos asumir como propia. No alcanza con dejar esa decisión en manos de otros, esperar que nos guíen en el camino del Señor puede ser bueno. pero nosotros mismos tendremos que mantener y alimentar a esa relación. Hacerla crecer poco a poco, conversando diariamente y reflexionando con Nuestro Padre. Teniendo una mirada atenta sobre nuestro accionar diario, sobre aquellos puntos en los que tenemos que trabajar y en aquellos que debemos mejorar para ser mejores cristianos.

Publicidad

Andar al ritmo de nuestros pies y no dar pasos que otros nos dictan que debemos dar. De eso se trata, si nosotros no estamos dispuestos a vivir en la gracia de Dios, a llevar adelante vidas dignas de devotos, nadie podrá convencernos de lo contrario. Nuestra propia voluntad de amar al Señor, de entregarnos a su sabiduría, será aquello que nos salve. Aquello que nos ayude a ver con mayor claridad en la confusión y cuando tengamos miedos que no nos dejen avanzar, allí estará Dios para aliviar nuestro penar. La decisión es nuestra, nosotros tendremos que mantener nuestra dedicación como fieles, respetar los hábitos sagrados con Nuestro Padre, nuestros hermanos podrán guiarnos pero la tarea es nuestra.