“Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.”

Efesios 3:20-21

Anteponerse a la adversidad


Hay por estos días infinidad de experiencias que nos resultan frustrantes o que nos pueden hacer molestar. Injusticias por doquier, personas que se ven desfavorecidas ante circunstancias que no los acompañan, seres queridos que están atravesando dolores que no podemos ni imaginar. Se trata de momentos de oscuridad que sabemos tendrán fin y que el panorama pronto se tornará claro y tranquilo, pero en esas situaciones, cuando estamos tan inmersos en en ese instante, nos ofendemos con el Señor y quizás hasta nos alejamos de Él.

Publicidad

Es cierto que a veces nos enojamos con Dios por hacernos transitar por situaciones que consideramos injustas o poco alentadoras, pero debemos pensarlas como retos que Nuestro Padre dispone para nuestros caminos solo para hacernos más fuertes ante la adversidad. Debemos resguardarnos y tener coraje y valentía para alejar y hacer a un lado a los pensamientos negativos, porque en el fondo sabremos que son experiencias de aprendizaje que Dios quiere que pasemos. Luego de ese mal trago Nuestro Padre estará allí, presente para consolarnos y para premiarnos por nuestra obediencia. Las transiciones de un momento al otro deben ser entendidas como un lapso, como un espacio de tiempo que puede cambiar en cualquier segundo.