Al igual que nosotros nos preparamos para un campamento, equipándonos con todo lo necesario para vivir durante un pequeño período a la intemperie, Dios nos ha equipado con todo aquello que nos será necesario para transitar Su camino.
Todas aquellas virtudes que nos fueron entregadas por el Todopoderoso, serán ni más ni menos nuestras armas, las que deberemos empuñar para de esa maneras poder sortear todos los obstáculos que, revelados a modo de tentación, harán todo lo posible por alejarnos de Su camino.
Y creo que, de entre todas aquellas cosas que nos han sido entregadas, la confianza en Dios es la más valiosa de todas, la que sin duda alguna nos dará aquella fortaleza de espíritu que hará nuestra Fe mucho más inquebrantable.
Es por eso que debe ser nuestra tarea, como fieles hijos de Cristo, tomar aquellos dones y trabajarlos, llevarlos hasta aquel lugar de excelencia que de seguro glorificará al Señor; usarlos de manera sabia y prudente, siempre utilizando como guía, los consejos que Dios nos ha compartido en la Santa Biblia, y sólo así tendremos éxito en cada tramo del camino a recorrer.