"Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan: ¡atiende, Señor, a mi plegaria, escucha la voz de mi súplica! Yo te invoco en el momento de la angustia; porque tú me respondes."

Salmos 86:5-6-7

Levántarse para volver a vivir la vida


Cuantas veces te has sentido sólo, crees que nadie te escucha o que a nadie le interesa lo que te sucede en la vida. Crees que las dificultades son demasiado grandes para cargarlas en tu espalda, que nunca será suficiente tu esfuerzo para superar los obstáculos que continúan presentándose en tu camino.

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Aquí actúa la Fe, es justamente el creer en tu Padre del Cielo lo que marcará la diferencia en tu vida. Este es justamente el momento en el que puedes marcar una diferencia. Volver a levantarte con ánimo y confianza por las mañanas, porque sabes que no estás sólo, que tu Padre te compaña.


Dios es rico en comprensión y misericordia. Siempre escucha nuestras plegarias, por eso a lo largo del tiempo, la oración se mantiene firme como la roca, como la roca que es nuestra Fe en Él.


Oramos porque somos escuchados, y somos escuchados porque oramos. Para no sentirnos solos debemos pedir ayuda, en los momentos de dolor, de angustia, de tristeza, es imprescindible sentirse escuchado y poder hablar con el corazón abierto. En medio de la noche Dios es la luz que nos guía, en la angustia es quien puede calmarnos y consolarnos.