Muchas veces nos hemos referido a la importancia de agradecer o, en muchos otros casos, a cómo agradecer de la manera correcta.
Si bien todos sabemos que es importante dar las gracias al Señor por todas las bendiciones que recibimos día a día, también es de suma importancia tener en cuenta por qué lo hacemos.
El simple acto de dar las gracias es reconocer los dones con los que Dios nos beneficia a diario, significa ser testigos vivos de su inconmensurable amor hacia nosotros al mismo tiempo que damos la bienvenida a aquellos dones que harán que nuestro espíritu sea aún más fuerte.
Dar las gracias tiene, al mismo tiempo, un efecto balsámico mediante el cual todas nuestras cargas y problemas se alivianan: esto es lo que llamamos el poder curativo del agradecimiento. Por otro lado, ser agradecidos implica tomarnos un tiempo, hacer una pausa en nuestras actividades; en nuestra vida; hacer un alto en el camino para poder observar todo lo que nos fue dado para de esa manera descubrir nuevas bendiciones por las cuales estar agradecidos.