“Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.”

Efesios 4:32

La importancia del perdón


Muchas veces nos obstinamos tanto en que no debemos perdonar a alguien por algo que nos ha hecho, que se nos olvida ser un poco más compasivos. Seguramente las circunstancias en las que esa persona nos decepcionó eran muy distintas a las que actualmente transitamos, y también, el tiempo que dejamos pasar haya hecho cambios. Quizás nuestro prójimo ha reflexionado o se encuentra en una posición diferente, quizás haya madurado y vea las cosas desde otra perspectiva. Lo cierto es que nunca podremos saber esas cosas si no nos acercamos un poco, si no podemos entregar nuestro perdón.

Publicidad

En ocasiones no se trata solo de olvidarlo todo y seguir adelante, sino de generar un encuentro con nuestro hermano y conversar juntos sobre aquello que nos ha separado alguna vez. También, poder evaluar qué fue lo que nos ofendió a cada uno y ver cómo podremos enmendarlo en el futuro. Dios va a ser testigo de nuestra apertura, de nuestra bondad de espíritu para disponernos al encuentro sincero con el otro. Cuando nos encontremos en esa situación cabe recordar que: “errar es humano y perdonar es divino”. No debemos permitir que nuestros enojos del pasado nos tengan como prisioneros de nuestro presente y futuro.