“Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

Mateo 18:20

Llamarnos al silencio


En estos tiempos en los que existen cada vez más dispositivos electrónicos y en los que somos permanentemente convocados a dar respuestas instantáneas, es importante poder procesar la multiplicidad de información. Llamarnos al silencio es un buen paso para poder pensar respuestas adecuadas y lograr entender qué se nos presenta a resolver o a transitar. Muchas veces por no poder eliminar el circuito de respuesta inmediata nos comprometemos a cosas que no tenemos voluntad de hacer o decir, decidimos bajo precisión equivocadamente nuestras palabras y eso también puede ofender a los demás.

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Es importante poder tomarnos una pausa, analizar lo que vamos a decir o cómo vamos a hacerlo. Actuar en forma desprevenida o irracional quizás nos represente luego un malestar o una situación conflictiva que tengamos que atender. La reflexión siempre ha sido muy importante, pero en este momento lo es aún más. Pensar acompañados de Dios Padre sobre lo que podemos responder cuando somos interpelados, destinar unos minutos a pensar críticamente cómo podemos comunicarnos mejor, cómo tener vínculos sociales que no se encuentren solamente mediatizados por celular o computadoras. Recobrar el valor de las palabras y de las reuniones en comunidad será nuestro desafío como cristianos, para no alejarnos los unos de los otros interviniendo nuestras relaciones a través de dispositivos móviles.