“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas”

Mateo 7:12

El reflejo de una acción


Cuando alguien se dirige a nosotros de un mal modo o simplemente obra desde el mal, Dios nos enseñó que debemos perdonar y no juzgar sus actos. Lo que debemos intentar comprender es el origen de los mismos.

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Esta persona es un igual a nosotros, un hijo de nuestro Padre Celestial y debe estar transitando por los caminos de la oscuridad para generarnos tanto destrato e indiferencia con sus actos.Ahora también debemos pensar en nosotros mismos. Tendremos que ser nuestros primeros jueces y detectar si poseemos estas actitudes ante nuestros hermanos y hermanas en la Fe.


Ya que si además anhelamos respeto y deseamos seguir por el camino del Espíritu Santo, entenderemos esta necesidad como primordial. Nuestros prejuicios serán percibidos como un desvío en el camino de la luz que Dios Padre desea que transitemos. Nuestros pares nos reconocerán como austeros y rigurosos para con ellos, distanciando nuestro vínculo., alejándonos de la Fe.